Me besó con furia.
Esos besos que solo él me daba. Me besaba y sentía su enojo y su pasión. Su amor y su odio. Sus caricias, también. Cuando me acariciaba la mejilla parecía dispuesto a matarme sin pensárselo dos veces. Pero había algo en ese odio o enojo, que me convencía de que me amaba, me amaba con furia. Había veces en las que olvidaba que él me quería. Me preguntaba si alguna vez me había amado. Pero luego me besaba como en ese momento, me acariciaba o me decía frases, en las que con simples palabras podía expresar todos sus sentimientos hacia mi.
De repente paró. Se dio la vuelta, dandome la espalada. Parecía inquieto.
-¿Que pasa?.- Pregunté. Sabia que no debía hablarle en esos momentos, pero yo estaba empezando a inquietarme también.
Se dio vuelta violentamente. Creí que estaría enojado, pero su cara demostraba confusión y parecía apenado. Sus ojos eran vidriosos y creí que se largaría a llorar. Jamas lo había visto así.
-Lo siento. De verdad traté.- Dijo. Le costaba decir cada palabra, cosa que jamas había pasado.
Tenia miedo de lo que podía venir a continuación. Yo sabia muy bien de lo que hablaba, pero trataba de convencerme de que no era cierto. Yo estaba a punto de llorar.
-¿De que estas hablando?.- Dije entre casi sollozos.
El trato de sostenerme la mirada, pero no pudo. Bajo la cabeza.
-Vamos, por favor, no lo hagas mas difícil, sabes de que te estoy hablando.
Me levante y le di la espalda. Calleron las primeras lágrimas. No sabia como afrontarlo. Hace mucho sabría que pasaría. Yo creía que sabría como manejarlo, pero en el momento me tomó por sorpresa y me derrumbé. Solté un sonoro sollozo.
-Oh, vamos.- Dijo, rodeandome con los brazos.- Traté. Tratamos. Pero sabes que esto no da para mas.
-Podría.- Dije, sabiendo que no era cierto.- Podríamos darnos otra oportunidad. Podríamos intentarlo. Podríamos...-Me di cuenta de que era inútil. Lloré. Solté sollozos. Me descargue, inútilmente, claro. El dolor seguía allí.
Él me rodeaba con los brazos, conteniéndome. Lo mire a la cara, un poco mas calmada y noté que parecía arrepentido y apenado, muy apenado. Aunque yo estaba muy triste y me dolía lo que estaba pasando, sabia que no era su culpa, no estaba enojada con él, yo lo amaba y no tenia ni un poco de rencor hacia él.
Volví a bajar la cabeza. Estaba buscando palabras. Palabras que pudieran hacerle entender lo mucho que a mi me dolía. Quería decirle cuanto significaba él para mi, cuanto lo amaba. Pero yo sabia que nada de esto podría cambiar lo que estaba pasando.
-Esto no quiere decir que no te ame.- Dijo apartándose de mi, mirándome a los ojos.- Yo te sigo amando tanto como antes. Lo que siento por ti no ha cambiado. O si. Se ha echo mas fuerte. Tu sabes cuanto significas para mi. Se que estas palabras suenan huecas y sin significado, pero no hay nada mas que pueda decirte, ¿lo sabes?.- Le cayó una lágrima y comprendí que yo estaba siendo egoísta. Comprendí que a el le dolía tanto como a mi. Y que hacia esto por el bien de ambos. No lo hacia para lastimarme.
-Si, lo se.- Dije sonriendo tristemente.- Yo también te amo.
Él me miró con ternura y sonrió. Estaba por marcharse, cuando se dio vuelta.
-Quiero que sepas algo.-Dijo sonriendo.- Yo jamas te olvidaré.
Solté una lágrima y él también. Nos miramos un instante y comprendí que me lo había dicho enserio, él no me olvidaría, y yo a él tampoco.
Comenzo a caminar, y cuando ya estaba a lo lejos se dio vuelta por ultima vez y me sonrió, por ultima vez también. Y así lo recuerdo hoy, sonriendome a lo lejos, amandome.
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