jueves, 20 de octubre de 2011

Inspirado en Todd, el Alumno Aventajado.

-Tal vez luego podemos ir al lago, ¿que te parece, hijo?.- El padre de Robin  buscaba algo en la caja de herramientas, dandole la espalda a su hijo.

-Seguro, Papá.- En la cara de Robin se dibujó una sonrisa oscura y profunda mientras deslizaba su mano lentamente sobre la mesa para agarrar la cuchilla.

-Oye, hijo, ¿no has visto el martillo?

-No, papá, tal vez este en la cochera.

-Me fijaré.- y salió de la cocina

 Robin se levantó y se paseó lentamente por la cocina pasandó sus dedos por la hoja del cuchillo. "Tranquilo, chico, tranquilo, una pequeña apuñalada en el pecho y todo acabara." Trataba de tranquilizarse pero se le hacia imposible no sentirse nervioso. "Vamos, conoces a este tipo hace 16 años, ¿que tan dificil puede ser?"

-¡Ya lo encontré, Robin!.- Gritó su papá desde la cochera.

-¡Genial, papá!.- Trató de fingir entusiasmo pero no pudo evitar que su voz temblara.

"El tio vendrá para la cocina, un solo corte y me lo habré sacado de encima." "¿Y que pasara con mamá?" decia otra voz insegura en su cabeza. "Tranquilo, Robin, tranquilo, cada cosa a su tiempo. Ya veremos que hacer con ella"
-Debe haber sido tu madre siempre cambiando las cosas...- No pudo teminar.
 La sangre comenzo a emanar de su pecho, tiñendo toda su camisa. Parecia buscar una explicacion en los ojos de su hijo, pero Robin evitaba mirarlo a los ojos. Trato de levantarse pero su hijo se vio obligado a apuñalarlo una vez mas, esta vez un poco mas abajo. Su padre gritó y dejo de moverse.
 Robin estaba apunto de estallar.
-¡¿Eso es lo que querias, maldito cabron?! ¡Mira a donde me has llevado!
 Se tiró en el suelo en una mezcla de gritos y sollozos, enojado con el mismo, con sus padres y con todo el mundo.
-¡Solo querian joderme! ¡Solo querian presionarme, esperando siempre lo mejor! ¡AQUI ESTA LO MEJOR!
 Lo unico que habia delante de Robin era amargura y presión, siempre lo habia habido, pero ahora, tal vez a causa de sus gritos pudo entender que tal vez todo pudiera haber terminado
De repente todo se aclaró para Robin. Comenzó a reirse histericamente, aún llorando un poco. Se rió a carcajadas, aun mas espantosas que sus gritos. Se levantó y salió corriendo al patio delantero, gritando, riendo y llorando a la vez.
-¡GANÉ! ¡GANÉ! ¡NO PUDIERON CONMIGO, MALDITOS CABRONES, NO PUDIERON!
 Comenzo a correr por la calle haciendo caso omiso a las miradas curiosas de los vecinos.
-¡GANÉ, GANÉ!.- Corrió hasta que sus gritos parecieron perderse en la oscuridad de la noche.
En el fondo Robin sabia que siempre habia sido un alumno aventajado.

1 comentario:

  1. Este cuento me dejo re sorprendida. Como que de repente están todos re felices, y de la nada el chabon se mata porque esta muy presionado. En todo un segundo pasa todo eso, es muy flash. Me dejo flasheada, así.

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