Recorrimos en absoluto silencio las dos o tres manzanas y, de pronto, Arnie rompio en un furioso llanto. Yo habia pensado que podria echarse a llorar, pero la violencia con la que lo haci me aterro. Frene de inmediato.
-Arnie...
Desisti. No podia impedirselo. las lagrimas y los sollozos fluian en amargo y desesperado torrente de forma incontrolable. Arnie habia agotado ya su cupo de autodominio para el dia. Al principio, parecia ser solo un efecto de reaccion a los acontecimientos; tambien yo sentia la misma clase de cosa, pero a mi me habia atacado a la cabeza, haciendomela doler como una muela cariada, y el estomago, donde notaba una especie de nudo. Asi pues, al principio crei que se trataba de una reaccion, una liberacion espontanea, y quiza lo fuese al principio. Pero al cabo de unos minutos, comprendi que era algo mas que eso; tenia raices mucho mas profundas. Y empeze a discenir palabras en los sonidos que estaba emitiendo; unas pocas al principio; ristras de ellas luego.
-¡Me los cargare!- gritaba con voz pastosa por entre los sollozos.- ¡Me cargare a esos malditos hijos de puta, me los cargare! Dennis, les hare arrepentirse a esos cabrones...
- Calla - dije, asustado.- Olvidalo, Arnie.
Pero el no queria olvidar. Empezo a golpear con sus puños el almohadillado salpicadero de mi Duster con una fuerza tal que crei que lo dejaria marcado.
-¡Me los cargare, vas a verlo!
A la debil luz de la luna y de una cercana farola, su rostro parecia atormentado y contorsionado. Me parecio entonces un desconocido. No queria conocerlo. No podia hacer mas que quedarme ahi y esperar a que vuelva el Arnie que yo conocia. Al cabo de un rato, volvio.
Las palabras histericas se difundieron de nuevo en sollozos. El odio se habia esfumado, y estaba solo llorando. Era un sonido profundo, hiriente, aturdido.
Sabia lo que tenia que hacer. De mala gana, sin querer hacerlo, me deslice sobre el asiento, lo rodie con mis brazos y lo traje hacia mi. Podia sentir su rostro, ardiente y enfiebrecido, apretado contra mi pecho. Permanecimos asi durante quiza cinco minutos y luego lo lleve a su casa y me fui yo a la mia. Mas tarde jamas hablamos de como lo habia abrazado. Nadie paso por la acera en ese momento. Supongo que cualquier idiota ubiera pensado que eramos maricas. Permaneci alli y lo abrace y lo ame lo mejor que pude y me pregunte en ese momento, como habia llegado a ser yo el unico amigo de Arnie Cunningham, porque, creedme, en aquellos momentos no queria ser su amigo.
Sin embargo.- comprendi borrosamente en ese momento.- Ahora Christine tambien iba a ser su amigo, tampoco estaba seguro de que me gustase eso.
Cuando nos detuvimos delante de su casa le pregunte:
- ¿Estas bien?
Forzo una sonrisa
-Estupendamente.- me miro con tristeza.
S.K.
Este fragmento de Christine realmente me llego. Cuando termine de leer el capitulo me quede fascinada. Tan solo este fragmento hiso que Christine se convirtiera en uno de mis libros preferidos. Nadie como Stephen King como para transmitir emociones.
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